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Toyah Cordingley: violada y asesinada en una playa australiana

Toyah Cordingley seguía su vida con normalidad, hasta que un día, a los 24 años, fue víctima de un asesinato lleno de misterios. ¿El principal sospechoso? Un indio.

¿Quién era Toyah?

Toyah tenía 24 años en ese momento, nació el 14 de junio de 1994 y era una joven que vivía en Woree, en el sureste de Australia. Sus padres, Troy y Vanessa, estaban separados pero mantenían una buena relación y estaban muy presentes en la vida de la niña.

Sus amigos la describían como cariñosa y despreocupada, a quien le gustaban las aventuras y tenía una personalidad vibrante que expresaba a través de su cabello de colores. Era conocida por su compasión y cuidado hacia los animales callejeros, y había participado en rescates y trabajos voluntarios.


Toyah trabajaba como farmacéutica a tiempo completo en su ciudad. Su novio, Marco, ocupaba gran parte de su tiempo libre, ya que llevaban dos años en una relación y su pasión por los animales los unía mucho.

El 21 de octubre de 2018, domingo, fue el día del caso

La joven tenía un turno como farmacéutica por la mañana y tenía planes de pasear con sus perros por la tarde.

Alrededor del mediodía, terminó su turno de trabajo, decidió pasar por un mercado cercano, compró algunos productos y se dirigió a casa para dejar las compras. Luego, se dirigiría a la casa de su novio para recoger a los perros. Las imágenes de las cámaras de seguridad confirman la cronología de los hechos.

Toyah condujo hasta Wangetti Beach, a 25 kilómetros de donde vivía. Le gustaba ir a lugares más apartados, donde pudiera relajarse y hacer ejercicio con sus perros.

El lugar es paradisíaco, solo cerca de un hotel y un resort. Octubre marca el comienzo del verano australiano, por lo que el paseo es muy bienvenido.

Anochecer sin noticias

Ya era de noche y Toyah no había regresado aún, su novio Marco empezaba a preocuparse. No había respuesta a ningún mensaje ni llamada. A las 21:00 horas de ese mismo día, Marco llama a la policía y reporta la desaparición.

Poco después de las 21:30, la madre y el novio de la chica se unen a la policía en la búsqueda en la playa. Debido a la escasa iluminación y a la extensión del área, el equipo policial decide posponer la búsqueda durante algunas horas y retomarla a la mañana siguiente.

La familia estaba desesperada, el padre de Toyah se unió al grupo y decidieron realizar una búsqueda nocturna por su cuenta. Se dirigieron hacia el sur de la playa, donde encontraron el vehículo, un Mitsubishi Azul del año 2009.

Más personas se unen a la búsqueda

Encontrar el automóvil estacionado daba esperanzas de que Toyah estuviera cerca. Miembros de la comunidad se unieron a la búsqueda en la misma madrugada. No había electricidad ni iluminación en el lugar. La visibilidad se lograba gracias a linternas y antorchas encendidas.

A unos 800 metros adelante se encontró al perro de Marco, que estaba paseando con Toyah esa tarde de domingo. Estaba atado a un árbol con una cuerda tan apretada que no le permitía sentarse o acostarse. El perro estaba ileso.

La madre de la chica comenzó a desesperarse, y Troy, el padre, se puso al frente para controlar la situación y regresaron al lugar donde se encontraba el vehículo de su hija.

Amanecer del lunes, descubrimiento del cuerpo

La búsqueda se reanudó, la policía seguía por la playa cuando el padre de Toyah avistó a lo lejos lo que parecía ser un pie humano sobresaliendo de la arena. Rápidamente, el padre, desesperado, corrió hacia allí y comenzó a excavar. Desafortunadamente, encontró a su hija ya sin vida.

Estaba desnuda en una tumba poco profunda debajo de la arena. Las heridas indicaban que había sido asesinada; había varias puñaladas en todo el cuerpo.

La familia quedó en estado de shock, el caso sacudió profundamente a la comunidad.

El funeral se llevó a cabo dos semanas después, con la presencia de 400 personas e incluso contó con la presencia del perro que estuvo con Toyah en sus últimos momentos.

Investigación

Toyah fue asesinada, ese hecho era innegable. Los esfuerzos policiales de las regiones cercanas se unieron a la investigación. Hasta ese momento, se sabía que el asesino parecía ser una persona violenta, y los golpes indicaban que había alguna motivación pasional.

Amigos cercanos y familiares fueron investigados, todos tenían coartadas sólidas. Indy, el perro, era un pastor alemán danés, más grande de lo normal, y tenía una tendencia protectora. Hasta ese momento, parecía que el animal no había mostrado resistencia al ser atado al árbol lejos de su dueña. Todo indicaba que Toyah conocía al agresor.

Se recibieron más de 100 denuncias anónimas, se revisaron las cámaras de las carreteras cercanas e interrogaron a algunos lugares, pero nada condujo a ninguna parte.

Enero de 2019, surge un sospechoso potencial

La lista de interés de la policía se redujo a un nombre: Rajwinder Singh. Nacido en India, vivía con su esposa y tres hijos en Australia. Conocido como Raj, se decía que era trabajador. Trabajaba como enfermero en un hospital geriátrico y hablaba tres idiomas.

De personalidad tranquila y solitaria, Raj sufría de depresión. Meses antes del caso, compañeros de trabajo informaron que el hombre se tomó varias licencias sin ninguna justificación plausible. Todo empeoró cuando se identificó el vehículo de Rajwinder Singh en las imágenes de las cámaras de seguridad del día del crimen.

Un testigo le contó a la policía que había visto al enfermero cubierto de rasguños y mordeduras la tarde del lunes, un día después del crimen. La policía también insinuó que habían recopilado ADN del sospechoso en la playa, aunque esta información nunca se confirmó.

Rajwinder Singh abandona a su familia en un acto desesperado

El mismo lunes, por la noche, cuando se encontró el cuerpo por la mañana y un testigo afirmó haber visto a Raj con signos de lucha por la tarde, el hombre decidió huir.

Según su hermana, voló a Sídney y tenía la intención de regresar a casa al amanecer. Pero eso no sucedió, Raj compró un pasaje a su país de origen, India.

La policía no logró alcanzarlo a tiempo y los registros bancarios confirmaron que los boletos fueron comprados apresuradamente.

Noviembre de 2019, frustraciones en el caso

Las autoridades indias revelaron que nunca recibieron una solicitud formal de extradición para Rajwinder Singh. Un acuerdo de extradición entre dos países debe estar bien fundamentado y es necesario presentar suficientes pruebas de que el acusado debe ser procesado. En caso de que se rechace el primer intento, Raj quedaría exento de los cargos.

La familia de la víctima se siente impotente frente a tanta burocracia.

Meses después, se presentó una solicitud de extradición por parte del gobierno australiano. Y hay muchas lagunas por llenar en cuanto al motivo del crimen y la relación entre Toyah y el sospechoso.

El paradero de Rajwinder Singh es desconocido.

Consideraciones finales

El caso aún es reciente, creo que surgirán más pistas y Rajwinder no podrá permanecer oculto por mucho tiempo más.

Este es otro de los casos que nos deja una impresión negativa sobre el sistema de justicia, especialmente en términos de coordinación internacional y trámites burocráticos.

Esperemos que el caso de Toyah Cordingley se resuelva y se haga justicia por su vida perdida.

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