Paulette Gebara Farah nació el 20 de julio de 2005 en México. Hija de Mauricio Gebara y Lizette Farah, en el momento del caso la niña tenía 4 años de edad y presentaba una discapacidad que afectaba su crecimiento, habla y movilidad.
Ella era más pequeña que otros niños de su edad, tenía dificultades para caminar sola y hablaba muy pocas palabras, siendo incapaz de formular frases completas. Paulette Gebara tenía una hermana mayor de 7 años y la familia contaba con dos niñeras para ayudar con las niñas.
Viaje en familia
El 19 de marzo de 2010, Paulette y su hermana viajaron en compañía de su padre a Valle de Bravo, una ciudad mexicana que estaba a unas dos horas en coche de Huixquilucan, la ciudad donde vivían.
En esa ocasión, Lizette Farah, la madre de las niñas, no viajó con ellos. Afirmó que viajaría con una amiga, pero luego se descubrió que mantenía una relación extramatrimonial con otro hombre.
Todos regresaron a casa el domingo 21 de marzo de 2010. Antes de acostarse, Lizette solía poner a las niñas en la cama y desearles buenas noches, y ese día no fue diferente.
Desaparición de Paulette
Las hermanas Ericka y Martha Casimiro eran las niñeras de las niñas. En la mañana del 22 de marzo de 2010, llegaron a la residencia Gebara y como de costumbre, despertaron primero a la hermana mayor, que ya estaba en edad escolar.
La hermana de Paulette, también llamada Lizette como la madre, fue preparada para ir a la escuela y alrededor de las 8 de la mañana la llevaron al autobús escolar. Tan pronto como regresaron al apartamento, despertaron a Paulette.
Al entrar en la habitación, las niñeras no encontraron a nadie. Paulette tenía dificultades para caminar sola, así que revisaron armarios, debajo de la cama y en otras habitaciones de la residencia. No encontraron a Paulette y se pusieron en contacto con los padres.
De manera extraña, al recibir la noticia de que Paulette estaba desaparecida, la pareja Gebara se mantuvo tranquila y racional. Una actitud que llama la atención, dado que se trataba de su hija.
Búsquedas millonarias
Después de la llamada, las niñeras comenzaron a buscar a Paulette en las instalaciones del condominio. Los padres no tuvieron prisa por llamar a la policía, fue una de las tías de la niña la que informó a las autoridades.
Los investigadores fueron al lugar y revisaron la residencia. No había signos de lucha, falta de pertenencias ni forzamiento de entrada, todo parecía intacto. Tampoco había registros en las cámaras de seguridad que mostraran a alguien extraño entrando o a Paulette saliendo.
La policía difundió carteles con fotos y características de Paulette. La tía publicó publicaciones en redes sociales llamando la atención sobre la desaparición de la niña.
La familia Gebara tenía buenas condiciones financieras y contactos influyentes. La pareja llegó rápidamente a los principales canales de noticias y vallas publicitarias con la cara de Paulette se exhibieron por todo México.
La madre, Lizette Gebara, dio varias entrevistas en canales de televisión y las autoridades esperaban que alguien llamara pidiendo rescate por el secuestro de Paulette, algo que nunca ocurrió.
El lugar donde vivía la familia era muy seguro, tenía cámaras de seguridad en todos los accesos y pasillos. Era prácticamente imposible que alguien de fuera entrara sin ser visto.
Circunstancias sospechosas
El 27 de marzo de 2010, Lizette Gebara concede otra entrevista en la televisión. Esta vez, todo se filmaría en la casa de la familia, específicamente en la habitación de la niña.
Durante la filmación, la madre suplica que devuelvan a su hija y muestra pertenencias de la niña. Entre las prendas que saca del armario y muestra a la cámara se encuentra un pijama de reno, ten en cuenta este detalle.
El 31 de marzo, alrededor de las 2 a.m., se encontraron los restos mortales de Paulette en su habitación. Nueve días después de su desaparición, la policía encontró el cuerpo de Paulette en un espacio estrecho entre el colchón y la estructura de madera de la cama.
Fue bastante extraño que el cuerpo solo se encontrara en este momento, ya que la policía revisó la habitación de Paulette cinco veces y en algunas ocasiones contaron con la ayuda de perros rastreadores.
Cuatro días antes, durante la entrevista concedida por la madre en el lugar, nadie notó nada extraño ni sintió ningún olor fuera de lo normal. Si el cuerpo hubiera estado allí desde el principio, se habría notado un olor característico.
Además, miembros de la familia se hospedaron en la residencia Gebara y durmieron en la cama de Paulette para ayudar en la búsqueda, y aún así no notaron nada extraño. Las dos niñeras también afirman que pudieron cambiar las sábanas de la cama sin darse cuenta de que Paulette estaba allí.
Investigación y autopsia
La historia no cuadraba. Para la policía, claramente se trataba de un caso de homicidio, y según los investigadores, el cuerpo habría estado allí durante unos tres días, no nueve como afirmaban los padres.
Los abogados de la familia sostenían la teoría de que Paulette murió por asfixia mecánica debido a la obstrucción de las cavidades nasales y la compresión del tórax abdominal.
En resumen, afirmaban que Paulette habría obstruido accidentalmente sus vías respiratorias con un paño o sábana y, como tenía limitaciones físicas y de habla, no pudo pedir ayuda. La explicación para el lugar donde se encontró el cuerpo es que habría rodado hasta los pies de la cama y caído en el espacio de madera.
La autopsia reveló que Paulette dormía con un «paño ortopédico» sobre la boca, que se colocaba todas las noches para evitar que durmiera con la boca abierta. Además, en el informe se pudo afirmar que su cuerpo no fue manipulado después de la muerte.
Se encontraron signos de golpes en el codo y la rodilla izquierda. Sin embargo, las conclusiones oficiales no indicaron signos de violencia física o sexual, ya que las marcas podrían haber sido causadas por la caída en el espacio de madera.
El informe también indicó que no había rastros de drogas o sustancias tóxicas en el cuerpo que pudieran haber afectado la conciencia de la niña. La conclusión fue que Paulette se movió en la cama y cayó accidentalmente de cabeza en un espacio al pie de su cama, donde murió asfixiada y pasó desapercibida durante nueve días.
El pijama de Paulette Gebara
Paulette fue encontrada vestida con un pijama de reno azul y rojo, el mismo pijama que mostró la madre cuatro días antes durante una entrevista en televisión.
Después de que se hiciera público este descubrimiento, la cadena de televisión emitió las imágenes sin cortes, incluyendo toda la preparación previa a la entrevista. Mientras Lizette Farah y el reportero examinaban varios objetos propiedad de Paulette, apareció el pijama mencionado anteriormente.
Cuando se le preguntó por ellos, Lizette Farah afirmó que el pijama pertenecía a la hermana de Paulette, pero por alguna razón no explicada, estaban guardados entre las cosas de la niña y la madre los mostró como si fueran de Paulette.
Las autoridades nunca fueron informadas por la familia de que tenían un segundo pijama idéntico al que la niña llevaba en el momento de su desaparición. Desde que se encontró el cuerpo, el supuesto segundo pijama nunca volvió a verse.
Conclusión del caso
Los padres de Paulette Gebara no fueron acusados penalmente, ya que la investigación pudo demostrar que la muerte de Paulette fue accidental. La pareja no tenía una buena relación; en algunas entrevistas, se atacaban mutuamente y contradecían sus historias.
En una de las ocasiones en que estuvo frente a las cámaras, Lizette Gebara dijo algo como «aunque Paulette haya desaparecido, aún tengo otra hija». Esta declaración no sonó bien entre el público y solo sirvió para generar más especulación sobre la participación de los padres en el crimen.
El 6 de abril, el cuerpo de Paulette fue enterrado en el Panteón Francés de San Joaquín, en la Ciudad de México. El cortejo fúnebre fue encabezado por Lizette Farah sin la presencia de ningún miembro de la familia de Mauricio Gebara debido a un «acuerdo».
Siete años después, el 3 de mayo de 2017, el cuerpo de Paulette fue exhumado y cremado, ya que las autoridades consideraron que sus restos mortales ya no eran objetos de prueba para la investigación del caso.