En 2022, Richard Maedge vivía con su esposa, Jennifer, en Troy, Illinois. La pareja tenía una historia interesante — fueron de los primeros en conocerse a través de un sitio de citas. Jennifer recuerda que lo que más le atraía de Richard era su singularidad, su compasión y, por supuesto, su habilidad para manejar las situaciones más diversas.
La vida de ambos parecía seguir un ritmo tranquilo y normal, hasta que, el día 26 de abril de 2022, sucedió algo inesperado.
Aquel día, Richard estaba en el trabajo cuando envió un mensaje a Jennifer, diciendo que no se sentía bien y que iría a casa más temprano. Al principio, no parecía nada fuera de lo común.
Era solo un día en que Richard no se sentía bien y quería descansar. Sin embargo, ese sería el último contacto de Richard con cualquier persona. A partir de ese momento, nadie lo volvió a ver ni a escuchar de él.
Horas más tarde, cuando Jennifer llegó a casa, vio el camión de su esposo estacionado en la entrada de la cochera. Al entrar en la casa, encontró las llaves de Richard y su billetera sobre la mesa, pero no había señal de él en ningún lugar.
Inicialmente, ella pensó que tal vez él había salido a dar un paseo para aliviar el estrés, algo que hacía de vez en cuando. Pero, a medida que pasaban las horas y él no regresaba, el pánico comenzó a crecer. Jennifer decidió que era hora de notificar a las autoridades sobre la desaparición de su esposo.
La primera búsqueda de la policía
Cuando la policía llegó a la casa de la pareja, los oficiales notaron inmediatamente que había una gran cantidad de objetos acumulados en la casa. Los investigadores pronto se encontraron con lo que muchos podrían describir como un ambiente desorganizado.
Sin embargo, después de una búsqueda inicial rápida, no encontraron ninguna señal de Richard ni ninguna evidencia de que algo fuera de lo común hubiera sucedido allí. El caso comenzaba a volverse más misterioso con cada momento.
Aun con Richard desaparecido, Jennifer intentó mantener la esperanza y, mientras esperaba nueva información, revisó los cuadernos y diarios de su esposo, con la esperanza de encontrar algo que explicara su ausencia repentina. Se preguntaba si él podría haber decidido huir o si algo más siniestro había ocurrido.
Pasaron días, y, durante ese tiempo, Jennifer comenzó a notar algo extraño: un fuerte olor invadía la casa. Preocupada, volvió a llamar a la policía, reportando el mal olor.
Los policías regresaron e hicieron una nueva búsqueda en la casa. Notaron el olor, pero, nuevamente, no encontraron nada que explicara su origen. Llegaron a sugerir que Jennifer llamara a un plomero, creyendo que el olor podría venir de las tuberías.
Un plomero fue a la casa e identificó el olor como gas de alcantarilla, algo que, según él, podría provenir de una tubería del sótano. Hizo la reparación necesaria y, por un tiempo, el olor pareció disminuir.
La vida sin respuestas
Mientras la desaparición de Richard seguía sin resolverse, Jennifer luchaba por lidiar con la ausencia de su esposo y la falta de respuestas. El dolor emocional fue agravado por la angustia de no saber qué había sucedido realmente. Jennifer también enfrentaba preguntas de la familia y la comunidad, todos igualmente perplejos por la desaparición de Richard.
Además, surgieron rumores en los medios sobre la posibilidad de que Richard padeciera el síndrome de Diógenes — una condición psicológica asociada con la acumulación compulsiva de objetos y basura. Sin embargo, Jennifer no estaba de acuerdo con esa etiqueta.
Aunque reconocía que su esposo tenía dificultades para deshacerse de las cosas, ella creía que usar un término tan fuerte era injusto. Para ella, Richard solo era una persona que valoraba sus pertenencias de una manera especial.
Durante esos meses, Jennifer hizo todo lo posible por seguir adelante, pero la ausencia de Richard pesaba cada vez más. Los investigadores también estaban sin pistas y, con el paso del tiempo, el caso comenzaba a enfriarse.
Un descubrimiento inesperado
En diciembre de 2022, ocho meses después de la desaparición de Richard, Jennifer decidió que, a pesar de todo el dolor, necesitaba seguir con las tradiciones familiares. Con la Navidad acercándose, decidió armar el árbol de Navidad. Al comenzar a buscar las decoraciones, que estaban guardadas en un armario desordenado bajo la escalera, hizo un descubrimiento que jamás olvidaría.
Cuando abrió el armario para tomar los adornos de Navidad, encontró el cuerpo momificado de Richard. En estado de shock, llamó inmediatamente a la policía.
Jennifer explicó más tarde que, durante una reforma en la casa, el acceso al lugar donde se encontró el cuerpo de Richard había sido parcialmente bloqueado, lo que dificultaba la entrada. El cuerpo estaba en una zona de almacenamiento que no se usaba frecuentemente y que, al parecer, pasó desapercibida tanto para Jennifer como para los investigadores que habían estado allí meses antes.
La autopsia reveló que Richard se quitó la vida, y no había signos de violencia. Llevaba un tiempo luchando contra problemas de salud mental, aunque Jennifer mencionó que él nunca hablaba de quitarse la vida. Richard tenía 53 años en el momento de su muerte, era padre de tres hijos y abuelo de tres nietos.
El misterio del olor
Una de las preguntas que quedó en la mente de todos fue: ¿cómo es que Jennifer no notó la presencia del cuerpo en su propia casa durante tanto tiempo? Y más aún, ¿cómo es que el olor de un cuerpo en descomposición no fue suficiente para alertar a todos?
La respuesta a esta pregunta vino de la propia investigación forense. Kelly Rogers, viceforense del condado, explicó que, debido al avanzado estado de momificación del cuerpo, el olor de descomposición desapareció rápidamente, lo que pudo haber contribuido a que ni Jennifer ni los policías se dieran cuenta de dónde provenía el olor.
Críticas a la investigación
Jennifer también reveló que Richard estaba enfrentando una disputa familiar en el momento de su desaparición. Estaba en desacuerdo con una de sus hermanas sobre la situación de salud de su padre, quien falleció meses después de la desaparición de Richard. Esta tensión familiar, junto con los problemas de salud mental, pudo haber contribuido al trágico desenlace.
Marilyn, la hermana de Richard, criticó duramente a la policía, diciendo que la investigación fue ineficaz y que se pudo haber hecho más. Incluso mencionó la posibilidad de recurrir al gobernador para obtener respuestas sobre los errores que, según ella, se cometieron durante el proceso.
Un caso similar en Venezuela
Este caso nos recuerda una historia similar que ocurrió en Venezuela en 2023. Ana Clara Martínez, una mujer de 50 años, desapareció en julio de 2021. Después de meses sin contacto, amigos y familiares se preocuparon y reportaron la desaparición a la policía. Al igual que en el caso de Richard, la búsqueda inicial no encontró ninguna pista.
Fue solo en julio de 2023, dos años después de la desaparición, cuando sus familiares, que vinieron de otro país, encontraron su cuerpo momificado en su apartamento. Ana Clara también se había quitado la vida, y durante todo ese tiempo, ningún vecino notó ningún olor extraño en el edificio.