En 2021, Matthew Taylor Coleman, un estadounidense de 40 años, vivía una vida que parecía perfecta a los ojos de todos. Era propietario de una escuela de surf en Santa Bárbara, California, y estaba casado con Abby, con quien tenía dos hijos: Kaleo, un niño de dos años, y Roxy, una bebé de apenas 10 meses.
Eran una familia adorable y respetada en la comunidad local, y nadie podría haber imaginado el horror que estaba a punto de suceder.
El 7 de agosto, lo que debía ser un día normal tomó un giro completamente inesperado. Matthew, sin ninguna explicación, tomó a sus dos hijos, los subió al coche y desapareció, dejando a Abby atrás, desesperada y sin ninguna pista de lo que podría haber pasado.
Condujo más de 400 km hasta la frontera con México, donde se registró en el City Express Hotel, en la ciudad costera de Rosarito.
Los días en Rosarito
Durante dos días, Matthew se mantuvo recluido en el hotel con los niños, actuando de manera discreta. Sin embargo, algunos huéspedes informaron haberlo visto en los pasillos, siempre acompañado de los niños, con una sonrisa en el rostro. Un huésped incluso comentó lo adorables que parecían como un trío, sin imaginar la tragedia que estaba por ocurrir.
Mientras tanto, Abby estaba en Santa Bárbara viviendo una pesadilla. Intentó desesperadamente contactar a su esposo, pero él no respondía sus llamadas. Inicialmente, Abby creía que él nunca haría daño a los niños.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la ausencia de respuestas, presentó un informe de personas desaparecidas. Cuando la policía localizó el teléfono de Matthew en Rosarito, el caso fue rápidamente entregado al FBI.
El acto brutal
En las primeras horas del 9 de agosto, algo oscuro sucedió. Matthew envió un mensaje confuso a Abby, diciendo que tenía pensamientos «locos» y que estaba comenzando a «ver las cosas con claridad».
Poco después, tomó a los niños, los subió al coche y condujo hacia una zona remota. Allí, en un acto incomprensible, asesinó a sus propios hijos.
Roxy, la pequeña bebé, sufrió 12 heridas en el corazón. Kaleo, su hermano mayor, fue apuñalado 17 veces. Los niños fueron encontrados en una posición conmovedora: acostados lado a lado, como si se estuvieran abrazando, vestidos solo con pañales. Matthew dejó los cuerpos entre la vegetación, regresó al hotel, recogió sus pertenencias y se fue sin mirar atrás.
El horrible descubrimiento
Pocas horas después, un vecino del área encontró manchas de sangre cerca de su casa y llamó a Roberto Ramírez, un agricultor local. Roberto, intrigado, salió a investigar llevando a su perro. Siguiendo las manchas de sangre, encontró los cuerpos de los niños escondidos bajo hojas. La escena era tan grotesca y devastadora que Roberto llamó de inmediato a la policía.
Mientras tanto, Matthew fue detenido en la frontera entre Estados Unidos y México. Estaba regresando al país solo, y los agentes de aduanas encontraron rastros de sangre en papeles dentro del coche. La confesión del crimen llegó durante el interrogatorio, sorprendiendo aún más a las autoridades.
Teorías conspirativas
¿El motivo detrás del acto insano de Matthew? Se había involucrado profundamente en teorías conspirativas, especialmente QAnon. Creía que su esposa poseía «ADN de serpiente» y que lo había transmitido a sus hijos, convirtiéndolos en una amenaza para la humanidad. Para «salvar al mundo», creía que debía matarlos.
Matthew habló de visiones y señales que, según él, confirmaban sus creencias. Incluso afirmó que otros bebés estaban siendo utilizados en rituales satánicos y que sus propios hijos se convertirían en una especie de «alienígenas» si no actuaba.
El pasado de Matthew y Abby
Abby, aunque compartía algunas creencias conspirativas, nunca imaginó que Matthew pudiera llevarlas a tales extremos. Amigos y vecinos describieron a Matthew como un hombre tranquilo y amable antes de la pandemia. Le encantaba surfear, andar en motocross y asistía a la iglesia.
Sin embargo, durante la pandemia de COVID-19, tanto Matthew como Abby comenzaron a sumergirse en las teorías conspirativas de QAnon. La diferencia era que Abby comenzó a distanciarse, mientras que Matthew se radicalizó aún más.
El futuro de Matthew
A Matthew se le diagnosticó esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos tras su arresto. Inicialmente considerado incompetente para ser juzgado, está bajo medicación y supervisión constante. Los fiscales decidieron no buscar la pena de muerte, pero podría enfrentar cadena perpetua.
Mientras tanto, Abby se mudó a Texas para intentar reconstruir su vida. Vive dividida entre el odio hacia Matthew y la compasión por su condición mental.
Este caso es un ejemplo impactante de cómo las creencias extremas y las teorías conspirativas pueden conducir a tragedias inimaginables. La historia de Matthew Taylor Coleman no solo devastó a una familia, sino que también sirvió como advertencia sobre los peligros de perderse en la paranoia y el fanatismo.