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Catalina Gutierres, influencer asesinada por celos

Una joven salió de su casa para celebrar con amigos en un centro comercial, pero nunca llegó. Tras descubrirse un crimen, los detalles fueron impactantes.

Catalina Gutierres nació en febrero de 2003, siendo la hija menor de Marcelo y Eleonora. La pareja también tenía otra hija, Lúcia. Catalina fue descrita como una joven estudiosa, encantadora y delicada, con un gran aprecio por aprender cosas nuevas.

Le gustaba cantar, tocar la guitarra y era apasionada por los perros. Como muchos adolescentes, Catalina utilizaba las redes sociales para compartir su rutina, ganando poco a poco seguidores. Sin esa intención, se convirtió en influencer, acumulando cerca de 115.000 seguidores en Instagram y más de 47.000 en TikTok.

Catalina nació en Atiras, Argentina, pero, siendo aún pequeña, se mudó con su familia a Córdoba, la segunda ciudad más poblada del país, reconocida por su importancia turística y cultural. Marcelo, su padre, era un arquitecto renombrado, liderando proyectos destacados en todo el país. Inspirada por él, Catalina ingresó al curso de Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba tras terminar la escuela secundaria.

Desaparición

En 2024, con 21 años, Catalina comenzó a salir con Ezequiel, un compañero de la misma universidad. Amigos y familiares relataban que la pareja era apasionada y feliz. Sin embargo, el 17 de julio, la joven, que se preparaba para volver a clases tras las vacaciones, concertó un encuentro con amigos en un centro comercial.

Catalina y su hermana eran muy cercanas. / Foto: Instagram.

Aunque su madre estaba preocupada por el aumento de la criminalidad en la región, Catalina logró convencerla de que la dejara ir, prometiendo mantener contacto durante la salida.

Catalina salió de casa alrededor de las 21 horas, usando el auto de su madre. En el camino, envió un mensaje de voz a su novio, diciendo que llegaría en pocos minutos. El trayecto entre su casa y el centro comercial tomaba unos 15 minutos, pero, con el paso del tiempo, no apareció.

Preocupados, los amigos comenzaron a llamarla sin éxito. El novio, Ezequiel, contactó a la hermana de Catalina, quien también confirmó que no estaba en casa.

Alrededor de las 22 horas, la familia de Catalina decidió ir a la comisaría para reportar su desaparición. El novio y los amigos proporcionaron información importante, incluido el último audio enviado por ella. Lúcia, la hermana, recordó que habían activado la geolocalización en los celulares para monitoreo mutuo.

Con esto, lograron rastrear el teléfono de Catalina hasta un barrio a 2 km de su casa. Allí, encontraron el auto de la joven parcialmente quemado y, en el asiento trasero, Catalina, ya sin vida.

Contradicciones en el testimonio

La pericia reveló que el interior del vehículo estaba empapado con alcohol, utilizado para iniciar el fuego, que se apagó debido a la falta de oxígeno. Catalina no presentaba señales de disparos o cortes, pero había indicios de un enfrentamiento.

La causa oficial del fallecimiento fue asfixia, pero no se sabía si ocurrió por manos humanas o por objetos. Con el robo descartado como motivación, los investigadores comenzaron a centrarse en personas cercanas a la víctima.

Entre los sospechosos, destacó Nestor Soto, amigo íntimo de Catalina. Él era estudiante de Arquitectura, como ella, y se volvió muy cercano a la familia, participando frecuentemente en eventos familiares. Aunque al principio se mostró muy afectado y cooperativo, Nestor terminó contradiciéndose en su testimonio.

Nestor Soto. / Foto: Instagram.

El análisis del GPS de su celular reveló que estuvo en el lugar donde encontraron a Catalina, levantando más sospechas.

Detalles aún no revelados

Confrontado con las pruebas, Nestor confesó el crimen. Dijo haber actuado impulsado por celos de la relación de Catalina con Ezequiel, pero su confesión fue interrumpida para que estuviera presente un abogado.

Posteriormente, Nestor fue formalmente acusado, y las investigaciones continúan para determinar la posible participación de un cómplice. Algunos testigos informaron haber escuchado voces discutiendo en la escena del crimen, y cámaras de seguridad registraron la presencia de otro vehículo en el lugar.

El caso generó gran repercusión, especialmente entre los seguidores de Catalina. Durante el funeral, cientos de personas asistieron para rendir homenaje.

Con el juicio programado para diciembre de 2024, la familia aún busca respuestas y justicia para Catalina. El caso todavía tiene muchos cabos sueltos y es muy probable que se revelen más detalles. Sin duda, les traeré toda la información de primera mano.

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