Jesse Harding Pomeroy nació el 29 de noviembre de 1859 en Charlestown, Massachusetts. Era hijo de Thomas y Ruth y tenía un hermano menor, Charles Pomeroy.
La infancia de Jesse no fue fácil, sufría constantemente acoso escolar por tener una deformidad en su ojo derecho, debido a una membrana blanca que le cubría la córnea. Esto le hizo ser muy tímido.
En casa las cosas también eran difíciles, su padre era violento tanto con su madre como con sus propios hijos, a veces incluso aplicaba castigos extremadamente sádicos como perforar la mano de uno de los niños con un clavo, impedir que la familia comiera durante varios días, ahogarlos en un baño con agua fría e incluso obligar a su hijo Charles a ponerse un carbón encendido en la lengua.
El entorno probablemente favoreció el desarrollo de una personalidad agresiva en Jesse Pomeroy. Durante su infancia se le prohibió tener animales de compañía tras matar a dos gatitos con sus propias manos.
El comienzo de los crímenes
A los 12 años, Jesse tenía un cuerpo más grande que el de los chicos de su edad, era alto y con una gran estructura ósea. Fue entonces cuando empezó a agredir a los niños más pequeños, su juego favorito era apretar sus cuellos hasta que se desmayaran por falta de oxigenación.
No tardó en aumentar la violencia de sus actos, empezó a atraer a niños pequeños a zonas más alejadas prometiéndoles dulces y juguetes. Cuando llegaban al lugar combinado, Jesse torturaba a sus víctimas, obligándolas a desnudarse e introduciéndoles objetos como tubos y botellas en sus partes íntimas.
Siempre aplicaba una mayor violencia a los que lloraban, era común reproducir una frase utilizada a menudo por su padre: el niño que llora mientras le dan una paliza es un cobarde, debe aguantar una paliza en silencio.
A veces los niños se desmayaban, y Jesse se quedaba a su lado vigilando hasta que se despertaban y, en cuanto recuperaban el sentido, les mostraba un cuchillo, diciéndoles que no se lo contaran a nadie o mataría a sus padres.
De los 12 a los 16 años los crímenes se volvieron más refinados y Jesse comenzó a abusar sexualmente de sus víctimas, poco después comenzó a pintarse la cara con su sangre, esto generó una sensación de que algo se apoderaba de su cuerpo, y en ese momento Jesse cumplía sus más oscuros deseos.
Mudanza a un nuevo barrio
La madre de Jesse empezó a sospechar de su hijo y decidió cambiar de barrio antes de que pudiera ser acusado de algún delito. Ella y sus hijos se trasladaron a South Boston, un lugar muy violento en aquella época. El matrimonio de los padres iba mal desde hacía tiempo, y fue entonces cuando se divorciaron.
En la nueva dirección, Jesse descubrió un depósito de trenes que estaba a pocos kilómetros de su casa. Allí sería el lugar ideal para preparar sus crímenes, incluso instaló un espejo en una de las paredes para poder verse ensuciado con la sangre de sus víctimas.
La forma de captar a sus víctimas seguía siendo la misma, prometiéndoles regalos y llevándolas al depósito. También comenzó a masturbarse después de cometer los crímenes, frente al espejo dijo que no se veía a sí mismo, sino a un monstruo de piel roja y dientes afilados.
Por esta misma época, Jesse estaba cometiendo delitos menores contra sus compañeros de clase, y la escuela empezó a no tolerar más estos ataques a los menores de edad. Esto dio lugar a una audiencia con un juez de menores, donde Jesse fue declarado culpable y sentenciado al Reformatorio Estatal para Niños en Westborough hasta que cumpliera los 18 años.
En febrero de 1874, a la edad de 14 años, el chico fue liberado bajo libertad condicional y regresó con su madre y su hermano a South Boston. En esta época, su madre tenía su propio taller de costura y su hermano Charles vendía periódicos.
Detenido
Apenas un mes después de que Jesse fuera liberado, Katie Curran, de 10 años, figuraba como desaparecida. El 22 de abril de 1874, el cuerpo de Horace Millen, de sólo cuatro años, fue encontrado mutilado en el pantano de la bahía de Dorchester.
Debido a su historial de agresiones a niños, la policía no tardó en buscar a Jesse para indagar sobre los delitos. A pesar de negar su participación, el cuerpo de Katie Curran fue encontrado en el sótano de la tienda de ropa de la madre de Jesse. Sus restos habían sido escondidos de manera descuidada.
Juicio y vida en prisión
Jesse Pomeroy fue declarado culpable el 10 de diciembre de 1874, y el jurado recomendó la clemencia debido a su edad, ya que sólo tenía 16 años en ese momento. El abogado del joven, Charles Robinson, intentó varias apelaciones, pero todas fueron rechazadas en febrero de 1875, cuando el acusado fue condenado a morir en la horca.
Sin embargo, en agosto de 1876 su sentencia fue cambiada a cadena perpetua. En la cárcel aprendió varios idiomas, como el hebreo y el alemán. También empezó a escribir poesía y a exigir el derecho a publicarla.
Durante su estancia en la cárcel, se estima que hizo 10 o 12 intentos de fuga.
En 1929, ya anciano y con mala salud, fue trasladado al Hospital Bridgewater para criminales dementes, donde murió el 29 de septiembre de 1932.